Muchos de los sectores en los que compiten nuestras PYME están conformados por un grupo de cinco o seis empresas, a menudo filiales de grupos multinacionales (con algunas excepciones de grandes empresas familiares) que aglutinan más de la mitad de la facturación y del beneficio total del mercado, y una larga lista de cientos de PYMEs que a menudo casi anónimas tras muchos años de operativa se mantienen en facturaciones modestas, estancadas, sin dinamismo, pese al enorme sacrificio personal y patrimonial que supone para sus propietarios sacarlas adelante cada día. Y eso es un problema, tanto para la competitividad de la economía, como por supuesto para los pequeños propietarios de la base de PYMEs.
Entre los motivos más comunes, y ciertos, están las dificultades de financiación y la suma de trabas regulatorias con que tienen que enfrentarse cada día nuestras PYME's para poder operar en su sector.
Hay sin embargo otros motivos más imputables a la propia digamos "cosmovisión" del empresario sobre su propia actividad. Entre esos otros motivos, más ocultos, que suponen barreras o grandes cargas que escoran e impiden el avance y el crecimiento se encuentran a menudo:
1. Ausencia de una buena contabilidad de gestión, y confusión del patrimonio personal con el empresarial. En ocasiones buscando la optimización o el culebreo fiscal. En otros casos por simple falta de formación o de voluntad. La cuestión es que no pocas empresas operan sin saber realmente cuál es su rentabilidad, o sus pérdidas, "reales". Y eso impide cualquier toma de decisión estratégica sobre el crecimiento.
2. Ausencia de conocimiento de su propio mercado de juego. La adquisición de los clientes "ya es suficientemente" compleja, casi un milagro, como para encima plantearse cuál es mi base potencial de clientes, o buscar una función comercial más sistemátizada. Lo mismo ocurre con la competencia, que a menudo no se conoce sino por las ocasiones en que estadísticamente se ha perdido una oferta o un concurso frente a otro competidor.
3. Miedo a perder el control y "pereza" a profesionalizarlo, a tener un gobierno más formal. El propietario administrador se maneja en su ámbito de comfort, es un ámbito puede ser complejo y con cierto desorden, pero es "mi" ámbito, ahí no hay jueces, ni opiniones, ni visiones confrontadas. Ahí el Administrador propietario es el "rey". Lo que ocurre es que tampoco hay ideas nuevas, ni pensamiento crítico, y lo peor muy a menudo, ni ambición. El mejor resultado, es conseguir el mejor de los últimos 5 años, sea cuál sea que fuese éste, y seguir pagando las nóminas, los préstamos, los proveedores, y llevarse algo a casa. Es un cosmovisión de supervivencia, justificada plenamente por las realidades y por las dificultades, pero con un alto precio vital y un alto coste de oportunidad.
4. Carencia de tejido sectorial e industrial PYME que sea técnico, asociativo, y no político, no un satélite político más por y para la política, no para el empresario y para los negocios. Sin ese activismo, sin esa interacción entre PYMEs las ideas y los planes ambiciosos es muy difícil que florezcan.
5. Apego a ser imprescindible, sea consciente o inconsciente, que influye en la visión del empleado como un mero recurso táctico. Por supuesto esta visión está fundada en la realidad de lo difícil que es encontrar colaboradores realmente motivados y generosos, que no estén contaminados por el recelo antiguo de empresa-empleado. Es un círculo vicioso del que es difícil salir sin una renovación de la visión sobre uno mismo y sobre la empresa. Sin equipo que de un esfuerzo extra y genuino es muy complicado hacer cosas extraordinarias, y sin hacer cosas extraordinarias es muy complicado salir del pozo y crecer con rentabilidad.
6. Falta de formación actualizada y de adaptación. En algunos casos, se sigue viendo la formación del propio propietario y administrador como algo que "ya se hizo", cuando en realidad la (buena) formación debe ser algo continuo y que se sepa escoger para adaptarse y anticiparse idealmente a las necesidades futuras.
Podríamos continuar la lista, pero es suficiente para poner de relieve la importancia para la PYME de levantar la cabeza y pensar de forma diferente. La estrategia es en el fondo lo que priorizaremos y haremos en los próximos 30 minutos, y desde FEU DU NORD estamos siempre alerta para ayudar a quien quiera salir de la larga cola.